Hacía tiempo que no lloraba hasta empapar las sábanas, hasta que el blanco de mis ojos se volviese tan rojo como la sangre.
Porque el corazón comenzó desgarrándose y acabó roto en miles de pedacitos.Parece imposible volver a construirlo.
Es el resultado de acabar sin nada.Lo poco que tenía y me hacía feliz, o lo perdí, o me lo quitaron.
Y llorar se ha vuelto tan fácil que en estos últimos días mis pupilas han sido cascadas derramando agua salada.
A veces parecía cesar, parecía calmarse y volverse sereno.Pero el dolor sigue clavándose en mis entrañas y se niega a marcharse.
Y yo que creía estar logrando ser feliz, he tocado fondo de nuevo.