viernes, 2 de agosto de 2013

Con lágrimas en los ojos...

¿Sabes ese cosquilleo que siento cuando me das besos en la nuca? Lo echo de menos.
Echo de menos cada uno de los besos dados y recibidos, el primero y el que a día de hoy cuento como el último.
Echo de menos las sonrisas, las mías y las tuyas, las que te llegaban a los ojos y los achinaban.
Echo de menos ese brillo de tu mirada que siempre me hacia quedarme colgada de ella, y el rubor de tus mejillas de vez en cuando.
Las locuras, travesuras, los juegos y luchas que teníamos, incluidas las de la cama.
Extraño nuestras videollamadas y charlas nocturnas que siempre se alargaban a pesar de habernos despedido.
Echo de menos tus bromas y que te burles de mis manías, que bailes como loco sólo para hacerme reír.
Extraño esos mensajes e imágenes que me hacían sentir afortunada de tenerte.
Extraño que vinieras a casa para verme en pijama y me trajeras golosinas, incluso cuando no merecía ningún dulce.
Extraño tirarme a tus brazos por sorpresa, que me acunes como a un bebé.
Extraño que me quites los pelos de la cara, y que me digas que tengo pintitas amarillas en los ojos.
Echo de menos patinar contigo, estudiar matemáticas junto a ti.Pero a mi manera, y sólo tú sabrás de lo que hablo.
Me hacen falta nuestros proyectos de futuro, siempre tirando alto, siempre tan soñadores...
Echo de menos a ese chico que siempre me escuchaba aunque tropezara con las palabras, el que ademas de ser mi novio fue mi amigo, mi mejor amigo.
Decir que te extraño no es ninguna mentira.Pero también extraño lo felices que éramos juntos, y temo que no podamos volver a serlo.