lunes, 14 de febrero de 2011

Primera cita.

Típico cine, típica película romántica, típico el ambiente, típicas las palomitas..
pero no el típico momento, ni la típica persona, ni el típico sentimiento..
Primera cita tan esperada, me temblaban las piernas, y recuerdo cada detalle como si fuese ayer.
No se porqué, pero esperó al último momento para besarme.Debo admitir que la espera se me hizo eterna, y casi me d e r r e t í a cuando nos quedábamos a tan solo un milímetro de distancia, y me sonreía, con esa sonrisa matadora y pícara, y luego, dejaba ahí, el momento en el aire, las ganas de que sus labios se rozaran con los mios eran inevitables.
Al terminar la película, salimos, entre risas y miradas cómplices, fue como si nadie estuviese viéndonos, como si el frío de invierno se convirtiese en un cálido día de verano, la noche, nos envolvió con las estrellas, y en medio de una brisa de aire fugaz, sus labios se juntaron con los míos.
Desde ese día supe, que no era San Valentín, pero era mi día, el día de los enamorados.
Y los tontos enamorados eramos nosotros, el mayot que yo, que tan solo era una niña, una niña con los ojos brillantes y luminosos, un carácter fuerte y cierta simpatía, esa niña, que se enamoró de un hombre, y ese hombre jamás lo olvidó.
Porque fue el hombre de su vida.