Me recompones con cada caricia, recorriendo desde mi mejilla y casi llegando a mi cuello, trazas la curva de la silueta que compone mi rostro.
Prefiero el calor de tus manos deslizándose por mi piel antes que cualquier lágrima derramándose por el mismo camino.
Siento como si fuese de papel y frágil, pero cuando tus brazos envuelven mi cintura me vuelvo tan fuerte que podría mantenerme unida a ti toda una eternidad.
Lo bueno de la amargura es lo que viene después...Y que a pesar de haberme roto siempre sabrás como rehacerme.
Tenemos la suerte de permanecer juntos a pesar de el dolor que nos podamos haber causado.Tenemos la capacidad de seguir amándonos igual o más que antes.[...]
Qué importa la tormenta...Mientras sigas a mi lado cuando sale el sol y mantengas la sonrisa, el mundo sigue girando.
