No veo, no escucho, perdí el tacto.
Pero siento, siento tanto que la sensibilidad de mis células ha aumentado y mi corazón es mi nueva vista,olfato y manos.
Mis huesos se vuelven blandos, mis piernas tambalean y el pulso se me acelera de tal forma que me noto caminando y tiritando a la vez. Como aquella tarde invernal en la que el frio nos enrrojecia la nariz y las mejillas, congelándonos por completo.
Pero dentro habia calor, porque tenía su voz rota cerca y sus brazos cubriéndome y protegiéndome de el feroz invierno.
Ahora parece haberse ido, pues el frio aumenta más y más.
De repente noto una brisa de aire fresco y a su vez entrañable.Siento haber recuperado el olfato y puedo recordar el olor de su perfume.Mis manos buscan un cuerpo que aún no logro divisar.
Y me topo con él,de golpe, como si se tratase de un muro inamovible.
En un acto reflejo lo abrazo y veo su silueta, cierro y abro los ojos rápidamente,una y otra vez.
Esta ahí, esta aquí, está conmigo.Y noto su voz rota diciedome te quiero.
