viernes, 26 de julio de 2013

Fairytales

Recuerdo las noches mirando al techo con esas pequeñas estrellitas que brillaban mientras no habia luz, abrazada a mi peluche como cualquier niña hacia.
El miedo duraba el tiempo que tardaba en dejar de imaginarme a esos monstruos nocturnos y me dormía.Sentía escalofríos por esas sombras del jardín, siempre creí que eran hombres que me miraban desde fuera y planeaban como llevarme lejos de mamá.Es asi como siempre terminaba en su cama a medianoche.
El día me gustaba, no me importaba ensuciarme la ropa mientras jugaba con el barro, y en verano adoraba mojarme con el agua, o que me tiraran a la piscina, era feliz sucia y empapada.
Me encantaba pintarme y siempre iba vestida de rosa, cualquiera diría que era un pastelito andante con pelos dorados y grandes ojos azules, un alboroto pequeño pero que hacia mucho ruido.
No recuerdo haber tenido vergüenza alguna vez, era de esas niñas gritonas y algo desobedientes, bailaba en todos lados y el baile es una de las pocas cosas que aun conservo.
Tenia amigos, en esa época solo importaba que dijeran 'sí' a todas las travesuras, y de vez en cuando los invitaba a merendar a casa.
El invierno no era tan bueno por los resfriados, pero cuando caía la nieve siempre era oportuno jugar con ella y helarse las manos, después de que mamá nos vistiera con cuatro capas de ropa, claro.
En ese entonces las preocupaciones eran dormir con mamá y que mis amigos estuvieran disponibles para jugar.Ahora las cosas han cambiado mucho.
Los sueños eran grandes, y cada año que pasaba se hacían mas pequeños, y habían menos ilusiones.Dicen que nadie es grande para tener su cuento de hadas, yo opino que no existen, pero si quiero uno tendré que construirlo yo misma.