domingo, 12 de junio de 2011

Llamada anónima

Sus dedos marcaron el numero que se sabía de memoria. 

Tono ocupado. 


¿Era la hora? ¿Estaría durmiendo? 
No lo podía creer. Quizás había sido demasiado imprudente en hacer aquélla llamada. Pero necesitaba escuchar al menos su voz confundida. Intentó nuevamente... 
Al instante colgó el teléfono. Su corazón latía agitado y furioso por no atreverse a responder a su Hola. Prefiró quedar en el anonimato y ser sólo un número equivocado.