domingo, 23 de octubre de 2011

Siempre ellos.

 





Lo vio en sus ojos.
Por un instante fue capaz de recordar todos y cada uno de los sueños vividos, como en el anuncio de una película cualquiera , a modo de flashback, un bombardeo en su cabeza.
Había sido fácil recuperar por un momento la memoria perdida sumergiéndose en aquellas pupilas. Esas mismas que, ahora apagadas por el paso de los años, lo observaban con extrañeza.
Esas que lo miraban a diario con cariño y compresión. Las que vigilaban sus movimientos rutinarios y él a menudo olvidaba a quién pertenecían.Las que le habían acompañado en el camino recorrido, siempre cerca, y que una mañana de lluvia habían prometido seguir caminando a su lado durante el resto de su vida.
Lo vio en aquella fotografía, que si la dabas vuelta, citaba con tinta de pluma '14 de febrero de 1974', ese trozo de pasado que había aparecido en el fondo de un cajón y había sobrevivido a cuatro mudanzas y unos cuantos años en un sótano vacío,frío y húmedo.
Lo vio en aquellos ojos que destacaban sobre el papel sepia, resaltaban el primer plano y hacían perder importancia al resto; aquellos que le habían hecho estremecerse como la primera vez que la vio.
Sabía perfectamente cuándo y dónde,pero sólo era capaz de revivir la sensación que le causó entonces aquella mirada cristalina y se estremeció de nuevo.
Entonces, hizo un esfuerzo en intentar recordar algo más.Y su cerebro comenzó a funcionar mecánicamente fabricando imágenes que ni el sabía que aún seguían en un rincón de su memoria[desucorazón].

Ella era su estrella, su luz.
Él siempre la protegía de lo que le hacía mal,
siempre intentaba disminuir con besos
o caricias el dolor que ella sentía.
Él amaba dibujarla con ceras de color pastel, 
sus dedos manchados imitaban las 
imperfectas facciones de su hermosa doncella.
Ella hacia locuras por amor
 y él la amaba con locura
Ella sonreía cuando él agachaba la cabeza.
Él intentaba darle respuestas
 a todas las preguntas que ella se hacía.
Ella volaba entre las nubes
 cuando él estaba a punto de caer, 
ella forzaba una sonrisa sólo
para que él volase junto a ella.
Él y ella.Ellos, siempre ellos.

Su cerebró paró,dándole un respiro.
Con el ceño fruncido y la boca apretada maldijo a su "mala memoria", sacó torpemente su billetera, depositó con cuidado la fotografía en el hueco que ocupaba su DNI, donde la fecha de nacimiento marcaba ya bastantes años-pero no los suficientes-, y volvió a guardarla delicadamente en el bolsillo izquierdo de su camisa.
Lo más cerca del corazón, pensó. Miró con ternura a la protagonista de la escena fotográfica que le había devuelto el recuerdo y que ahora se encontraba sentada al otro lado del sofá, agarró su mano, le sonrió, y se prometió a si mismo «No olvidar jamás a quién pertenecía esa mirada a la que tanto había amado y amaba»...«No olvidar jamás a quién pertenecía esa mirada a la que tanto había amado y amaba».