viernes, 14 de octubre de 2011

Sólo quiero ir a casa.



De repente,miro a mi alrededor y me doy cuenta de que no estoy en casa.De que tengo aquí mucho pero no todo lo que quiero tener, de que me sobran cosas y me faltan personas, personas muy importantes en mi vida.
Extraño el olor a facturas recién hechas de la panadería.El olor de la comida de mi Yaya, el pan crujiente con el que mojaba en la salsa de tomate a escondidas para que después ella siempre se de cuenta de que 'acá alguien metió la mano'
Los asados de los domingos en familia.La nieve que cada invierno taponaba la entrada de casa -y todo lo demás-.Las tardes tiradas en el parque San Martín tomando mate o chocolatada con galletas para después salir corriendo con los patines o la bicicleta y caerme, y hacerme lastimaduras, y seguir corriendo, patinando, o pedaleando.
Extraño pisar las hojas secas de la vereda para escuchar como crujen.O que me estén tocando el timbre todo el rato las nenas de mi barrio para ver si voy a salir a jugar.Extraño las fiestas de quince a las que iba, a las que me invitaban y ni sabía quién cumplia años.Extraño salir todos los sábados a bailar con ellas para reirnos de las que se hacen las borrachas, o de las que se retan para ver quien lleva la falda más corta y más se les ve el ombligo.
Estoy lejos, lo sé, pero otro día más me invade la melancolía y el deseo de querer estar cerca, de volver.
De montarme en un avión, en una avioneta,en un barco o en lo que sea; con tal de llegar a mi destino.
A veces, me gustaría que desaparecieran los mares y los océanos, solamente para tener todo eso que extraño,un poquito más cerca.