lunes, 2 de julio de 2012

Algo de dos


Éramos dos locos.Dos jóvenes estúpidos que se escapaban de casa para poder verse.

De los que se tatuaban sus nombres sabiendo que nunca se irían de la piel, que quedarían para siempre, ''mejor'' dijimos, '' porque siempre estaremos juntos''.

Por las mañanas solíamos ir a la playa y nos pasábamos allí casi todo el día.A veces preferíamos ir al parque cerca de casa.Él siempre se ponía a saltar de lado a lado y yo, mientras tanto, lo observaba desde un columpio.

Había un banco en justo en el medio, lo hicimos nuestro una tarde de abril con el primer beso que inició toda la historia que hoy recuerdo con sabor agridulce.

Quién me iba a decir que a partir de ahí, ese pelirrojo de ojos color chocolate cambiaría mi vida por completo.

Y así lo hizo.Me enamoró, no sé cómo , ni cuándo, pero sí dónde.

Justo en el lugar donde nuestros labios se chocaban y comenzaban a besarse, donde su mano acariciaba mi piel lentamente y yo, poco a poco, me quedaba dormida.Donde sus ojos se fijaban en los mios y me hipnotizaban, donde nunca hubo mas de un ''te quiero'' porque los abrazos lo decían por si solos.Donde aquella mañana de abril la espuma del mar toco mis pies y me hizo darme cuenta de que estaba en un sueño.
Donde su piel rozó la mía, donde una noche me hizo suya y de las sábanas.Donde él se amarraba a mi cintura y me decia al oído que siempre sería suya.

[...]

Gracias a él, la soledad se marchó y llegó la alegria,la esperanza.La felicidad.Porque estando a su lado lo tenía todo.

[...]

Y con el paso del tiempo todo se esfumó.Se acabaron los besos,las miradas, ya ni sonrisas habían.Tampoco sé cómo, ni cuándo, ni siquiera dónde.
¿Que qué nos pasó? Ya sabes, lo que les pasa a todos los locos, jóvenes, y que estuvieron enamorados.